Colegio Oficial Farmacéuticos Asturias

FERNANDO DEL BUSTO | AVILÉS.

«Una situación muy dura». Así es como describe el momento que atraviesan las farmacias José Villazón, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Asturias. Actualmente, en el Área Sanitaria III se distribuyen 64 oficinas de las 457 existentes en Asturias. En total, en la comarca se generan 300 puestos de trabajo directos de los 2.000 empleados de farmacia en Asturias. Una ligera mayoría responde a farmacéuticos y el resto son auxiliares.

«Desde el año 2010 y hasta 2013, la facturación ha caído un 30% por el ajuste en los precios de los medicamentos regulados», explica Villazón. De ahí, las dificultades si bien «la situación es muy diferente. No es lo mismo una oficina más sencilla o una farmacia en fase de amortización que otros emplazamientos que llevan mucho más tiempo funcionado», explica el presidente de los farmacéuticos.

Para hacerse una idea de esta situación, hay que conocer cómo es la distribución habitual de los ingresos en cada una de las boticas. «Habitualmente, el 75% de los ingresos responden a los medicamentos cuyo precio se encuentra regulado», comenta Villazón, «el otro 25% son ingresos por medicamentos de venta libre, sin receta médica; parafarmacia y otros campos próximos, como pueden ser productos de estética».

Los ajustes y decretos del gobierno central reduciendo los precios de los medicamentos con receta es lo que han provocado esa situación de dificultad, hasta el punto de Villazón llega a hablar de «asfixia, ha sido un ajuste durísimo. En la actualidad, estamos lejos del estereotipo de hace unos años cuando se hablaba de la farmacia como de un sector donde se ganaba mucho dinero». Más aún cuando algunos gastos no han cesado de incrementar, como sucede con la factura energética, o los requisitos de personal se encuentran fijados por la legislación.

«La normativa fija unos mínimos que, habitualmente, se superan en todas las oficinas. Pero el hecho cierto es que hace unos años era fácil ver cómo las farmacias tenían que buscar a los licenciados y ahora son los licenciados quienes no encuentran farmacia donde trabajar», describe José Villazón.

En este contexto, Villazón no se atreva a hablar del riesgo de cierre de boticas en la comarca. «El ajuste ha sido muy duro y las situaciones son muy diferentes. Todas las oficinas están haciendo un esfuerzo muy grande de responsabilidad hacia el sistema sanitario y de atención a los usuarios. El momento es muy duro, pero no puedo hablar de que se vayan a producir cierres, sí de que el ajuste está siendo muy duro para todos ya que, las farmacias, no dejamos de ser pequeñas empresas. Nosotros hemos hecho todo lo posible para no trasladar a los pacientes estos problemas».

En este sentido, destacó el margen de ingresos que implica ese 25% de venta libre y donde caben sectores que antes apenas se abordaban como productos de estética. «Depende mucho de cada oficina, pero no se puede perder de vista que el corazón de nuestra actividad es la dispensación de medicamentos y su uso racional. No se puede perder esta perspectiva», aseveró José Villazón.

Dentro de la gravedad de la situación, desde el Colegio de Farmacéuticos se destaca que los pagos del Principado no han sufrido «los momentos dramáticos de otras regiones por falta de ingresos».

De esta manera, se ha podido completar un proyecto como la receta electrónica. «En Avilés se hizo un gran esfuerzo y ya está disponible en todas las oficinas. En Asturias se completará en marzo», aseguró. Villazón destacó la inversión como uno ejemplo más «de nuestro compromiso con el funcionamiento del sistema sanitario».

LAS CIFRAS

64 oficinas de farmacia se encuentran operativas en el Área Sanitaria III.

300 personas trabajan en ellas, entre farmacéuticos y auxiliares

Ingresos. Como norma general, el 75% de su facturación se debe a la venta de medicamentos regulados. El 25% es medicamento de venta libre, parafarmacia y otros productos.

Personal. La legislación fija los mínimos de plantilla en cada botica. Normalmente, se superan.

Descenso. La disminución de los precios en los medicamentos regulados implica una bajada de la facturación del 25%.